Cierto día, el fósforo le dijo a la vela: Hoy te encenderé. ¡Oh no!, dijo la vela, tú no te das cuenta que, si me enciendes, mis días estarán contados; no me hagas una maldad de esas.
-¿Entonces tú quieres permanecer así toda tu vida? ¿Dura, fría y sin haber brillado nunca? preguntó el fósforo. -¿Pero tienes que quemarme? Eso duele y además consume todas mis fuerzas, murmuró la vela.
-Entonces respondió el fósforo. Tienes toda la razón!. Pero esa es nuestra misión.
Nibia Nuñez
Ahora, tú eres una vela y tu misión es brillar. Todo tu dolor y energía se transformará en luz y calor por un buen tiempo.
Oyendo eso, la vela miró al fósforo que ya estaba en el final de su llama y le dijo.
-¡Por favor, enciéndeme! Y así produjo una linda y brillante llama. Así como la vela, a veces, es necesario pasar por experiencias duras, experimentar el dolor y
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Nibia Nuñez
Recuerda que "mar calmado no hace buenos marineros", los mejores son revelados en las aguas agitadas.
Entonces, si tuvieras que pasar por la experiencia de la vela, recuerda que servir y compartir el amor es el combustible que nos mantiene vivos.
¡Eres la luz del mundo y tu misión es irradiar esa luz! Nunca olvides que siempre debemos ser luz. Una luz que guíe, no que opaque o ciegue. Brilla, para dar mucho brillo dónde quieras que vayas. Y a quien le moleste que se tape los ojos!💕
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